14 de septiembre de 2010

El ‘parche’ del ambiente







Son una generación. Desde la séptima papeleta no se sentía tanto joven empuñando una bandera. El emprendimiento generoso e independiente con el planeta desde diversas regiones del país parece ser el camino.
17 AGOSTO 2010



Si encuentra en su conjunto residencial un frasco para recoger las pilas usadas, si descubre una tienda que no vende sino que permite hacer trueque con su ropa o accesorios de moda, si a través de videos en la red o de conferencias en vivo usted se puede enterar de la problemática de contaminación de la cuenca del río Tunjuelo, muy probablemente se debe a que detrás de estas iniciativas hay un grupo de jóvenes que está realizando acciones concretas para generar verdadero impacto positivo dentro de sus comunidades.

La mayor característica de las propuestas creativas que se generan actualmente en el país es que están siendo lideradas por jóvenes menores de 25 años, casi todos emprendedores independientes que han creado corporaciones verdes con ideas novedosas. Las voces de organizaciones juveniles colombianas como Jóvenes de Ambiente, Acción Climática Colombia, Territorio Sur, Biosignos, Agenda Bogotá, Global Warning Agency, EcoChic, Grupo Tayrona, Ecoguardianes o Soy Vida Verde, por nombrar unos pocos, se manifiestan activamente para transformar su entorno a través de voceros imberbes o de chicas que optaron por dejar atrás la indecisa adolescencia para asumir, en cambio, un actitud consciente de que hay que liderar una transformación alrededor de la defensa del territorio, los recursos naturales, la protección de los animales y del agua para hacer entender a los mayores que más que el futuro, ellos son artífices del presente.


Son como ancianos encarnados en una piel tersa y una apariencia sana. Hablan bien, conocen los temas a fondo, afirman que Naciones Unidas declaró el decenio comprendido entre el 2005 y el 2015 como la ‘Década de la Educación para el Desarrollo Sostenible’ y que ellos deben liderar ese cambio. Visten con sencillez y pertenecen a todos los estratos y regiones, pero están unidos por la noción de que el respeto construye y la naturaleza merece toda su energía vital si eso significa aportarle un grano de arena al mundo.


El fenómeno es global. En Estados Unidos los nuevos puestos de trabajo están siendo asumidos y transformados por jóvenes con preocupaciones ambientales. En países del tercer mundo, los proyectos que estos generan están siendo apoyados por organizaciones internacionales. En España, los 30 mil estudiantes que forman parte de los scouts se comprometen ahora a preservar la naturaleza antes que a hacer nudos y encender fogatas.

Las profesiones del futuro, que se estudiarán a partir de 2015, comprenden especialistas en reversión del cambio climático y policías ambientales. Sin embargo, en Europa la apatía sigue siendo alta: sólo el 12 por ciento de los jóvenes entre 11 y 17 años asegura tener alguna preocupación ambiental.


Colombia, en cambio, está presenciando un cambio significativo. La incorporación de jóvenes colombianos a procesos recientes como el Referendo del Agua, la derogación de la Ley Forestal, la Cumbre Ambiental Colombiana o las decisiones de protección de los derechos de los recicladores son ejemplos de la relevancia de sus ideas y de la importancia de su articulación en temas cruciales para el país.


La Corporación Grupo Tayrona, conformada por jóvenes voluntarios entre los 14 y los 30 años, tiene una escuela de formación abierta a todos los campos. Con 19 años, Jorge Enrique Pérez, estudiante de ingeniería ambiental de la Universidad Distrital, afirma que la experiencia de trabajar con otros de su edad no solamente le permitió generar un plan de acción sino que además le dio las herramientas para actuar por su cuenta. Algo similar a lo que les ocurre a los jóvenes de Ecoguardianes, en Medellín, quienes cuentan con un proyecto de producción limpia que aplican en comunidades rurales de Antioquia y que los ha llevado a convertir los hongos en alternativas de seguridad alimentaria y los tomates orgánicos en una fuente de ingresos. El 70 por ciento de sus integrantes son jóvenes estudiantes de la Universidad de Antioquia.


En el último lustro, el tema ambiental se ha convertido en la bandera de los movimientos juveniles. Su compromiso es tal que así como cambian sus estilos de vida, invitan a los demás a modificar la manera como se relacionan con su entorno. Un rasgo común es que cada vez son más conscientes de que padecerán las consecuencias de los malos manejos ambientales actuales y de ahí que una de sus grandes prioridades sea fortalecer la educación ambiental, sobre todo en programas escolares que estimulen la participación de nuevas agrupaciones juveniles. La plantación de árboles, el cuidado de los bosques, la protección de los recursos hídricos, el consumo responsable y el reciclaje son algunos de esos temas que esta generación busca difundir mediante programas educativos y espacios de reflexión y análisis. Esta vez ellos ya tienen el conocimiento. Su lucha actual está en construir una cultura ambiental que propicie el desarrollo sostenible y en alterar positivamente el rumbo del planeta.

Catorce6 conversó con algunos de estos jóvenes líderes colombianos menores de 25 años quienes, con pocos recursos pero con emprendimiento, están apostándole al ambiente no como un pasatiempo sino como parte de su proyecto de vida, y que así mismo han ido desarrollando iniciativas exitosas dentro del movimiento ambientalista. Cerca a Usted, seguramente hay más.



Camilo Jiménez

20 años / Soy Vida Verde

Camilo es un joven de grandes propósitos. A los 17 años fundó doce centros de fotocopiado gratuito que funcionaban en las principales universidades del país. Con el tiempo se dio cuenta del impacto ambiental que generaba su proyecto y decidió cambiar su manera de hacer las cosas. Ahora, tres años después, Camilo cree firmemente que para lograr un planeta más verde se deben tomar acciones inmediatas, pero que para eso debe existir primero un cambio en cada uno de nosotros.


El proyecto Soy Vida Verde tiene como característica fundamental la interacción de distintos sectores de la población alrededor del tema ambiental. A través de su comunidad virtual, cientos de personas comparten sus experiencias e iniciativas para el mejoramiento del medio ambiente. Paralelamente, con el apoyo de la Fundación Yo Creo en Colombia, realiza conferencias de sensibilización en universidades y eventos masivos, como la feria ambiental FIMA.


La conferencia de Soy Vida Verde es uno de los ejes multiplicadores de este programa. Partiendo de una base de sensibilización, maneja un concepto de medio ambiente en que las personas se sienten parte del problema pero también de la solución. Ahora, con el apoyo de Ministerio de Ambiente, del Sena y de la Agencia de Medios Electrónicos de RCNse prepara para realizar una gira nacional que llevará esta experiencia a las universidades del país.


John Faber Ramos Torres

24 años / Soledad de Montaña


Jhon Faber creció en medio de la gran crisis económica que sobrevino en todo Risaralda después del devastador terremoto de 1999, que dejó sin medios de subsistencia a muchos de los habitantes de su pueblo, La Florida. “Yo no quería irme para Pereira o para España a buscar trabajo. Nosotros que¬remos envejecer en la cuenca y poder ganarnos la vida aquí”. Fue por eso que decidió Estudiar Administración Ambiental en la UTP, donde obtuvo su titulo con un proyecto de ecoturismo aplicado en su región.


Desde los 15 años, Faber hace parte de Soledad de Montaña, un organización comunitaria de jóvenes de su corregimiento que desarrolla actividades de interpretación ambiental en la cuenca del Río Otún, como parte de un proyecto productivo para los habitantes de la zona.


Ahora, como coordinador de servicios Ecoturísticos en el Santuario de Fauna y Flora Otún Quimbaya, cuenta hasta donde ha llegado su idea: “Este año nos ganamos la convocatoria del Fondo para la Sociedad Civil del Banco Mundial con una de nuestras propuestas”. Piensan usar estos recursos para elaborar materiales didácticos para los niños de la región y para los turistas que visitan su parque. “Nuestra labor más importante es la educación, queremos que quienes nos visitan puedan ver en láminas a todo color cuál es el pájaro que oyen cuando hacen las caminatas”.

Para Faber y sus compañeros lo más importante es darle continuidad al programa, por eso cada año convocan a jóvenes para comiencen a trabajar como guías y se interesen en los recursos naturales de su región como una opción de vida.


Y es así como han logrado que Parques Nacionales les permita hacerse cargo, junto con otras organizaciones comunitarias, de la gestión ambiental en las áreas protegidas del Risaralda y de replicar su plan en todo el Departamento.


Laura Zarta

20 años / Global Warning Agency

Laura Zarta tiene un gran carisma. Desde niña su familia le inculcó valores que le generaron una gran afinidad con el ambiente. En su colegio tuvo la oportunidad de dar los primeros pasos en una iniciativa que la llevaría incluso a representar a Colombia junto con 600 jóvenes de cien países del mundo a través del programa Global Changemakers, en el reciente Foro Económico Mundial que se llevó a cabo en Cartagena, el pasado mes de abril.


Pero éste no ha sido el único logro de Laura, quien estudia Artes Plásticas en la Universidad de Los Andes. .Ella también es fundadora de la ONG Global Warning Agency, que se dedica a realizar educación ambiental para jóvenes a través de industrias creativas como el arte y la cultura. En este agosto inicia en varios colegios de Bogotá su primer ciclo de talleres en educación verde denominado ‘Nuestro Turno 2010’. Durante los talleres, niños y jóvenes pueden, además de tener conocimiento del tema, ponerse en contacto con otros jóvenes que tienen iniciativas exitosas en música, fotografía, títeres y diseño de modas.

También hace una invitación para que se genere un proyecto dentro del colegio de acuerdo a los gustos y habilidades de los estudiantes.
Para Laura es muy importante enseñarles a los jóvenes a través de los cinco sentidos, porque generalmente se introduce a esta población en el tema del medio ambiente con cifras y conocimiento técnico, pero es “gracias a la sensibilización y a través de fotografías, videos, música o arte como se genera un verdadero compromiso emocional”, asegura.



Javier Suárez

25 años / Agenda Bogotá


A través de la coordinación de una red conformada por 500 jóvenes voluntarios de distintos sectores de Bogotá, este economista especializado en políticas públicas de la universidad Cergy-Pontoise, de Francia, le apuesta a una Bogotá más sostenible y organizada. Con este fin, su organización desarrolla tres grandes campañas: ‘Repilo con las pilas’ que, a través de la recolección de pilas usadas, hace presión para que el Ministerio de Ambiente tenga una legislación en el manejo de las baterías. Periódicamente estos activistas vestidos con chalecos verdes llevan cientos de pilas al Ministerio como un gesto de protesta, pero también con el ánimo de buscar solución a esta problemática. Otra de las campañas es ‘Cerrar el Botadero’, que busca hacer evidente a las comunidades los riesgos de salud e higiene de los alrededores ocasionados por el mal manejo ambiental del relleno Doña Juana. Por último, Agenda Bogotá cuenta con la campaña ‘Consumo Responsable’, dirigida al sector del centro y norte de la ciudad con la intención de generar conciencia acerca del impacto del consumo en el ambiente.


Para Javier, la solución de los problemas sociales está en la solución de problemas ambientales, dado que si hay equidad en la distribución de los recursos naturales se aminorarán las brechas causantes de conflictos sociales. “Una ciudad como Bogotá debe velar por el buen manejo de sus fuentes hídricas y de sus recursos para mejorar la calidad de vida de sus habitantes”, dice. De manera visionaria propone la realización de un ecobarrio que sirva como proyecto piloto, la implementación de techos verdes y el desarrollo de la agricultura urbana.




20 años / Acción Climática Colombia

Cuando Luis Fernando Alarcón habla, deja entrever su gran pasión por lo que hace. Este activista de tiempo completo, aun cuando paralelamente adelanta con dedicación sus estudios de fisioterapia en la Universidad Nacional, se ha tomado en serio su responsabilidad frente a la preservación de los recursos naturales.


Desde que tenía 17 años ha trabajado como líder consagrado en su tierra natal, Aquitania (Boyacá), y se ha destacado como miembro de varias organiza¬ciones políticas juveniles y medioambientales a nivel regional y nacional.


Gracias a su gestión logró, en 2008, que su proyecto ‘Unión Internacional de Jóvenes por Colombia’ fuera elegido como la mejor práctica política juvenil en América Latina y el Caribe. En ese mismo año, junto con varios jóvenes universitarios, creó la ONG Acción Climática Colombia, que tiene como principal objetivo promover estrategias y soluciones para enfrentar el calentamiento global y el cambio climático.


Una de las acciones más representativas de este grupo de jóvenes fue extender una cartelera de 200 metros de largo en papel periódico reciclado en la Plaza de Bolívar. Allí, los transeúntes plasmaron, a través de dibujos y mensajes, su opinión acerca del cambio climático.



Como miembro de las juventudes del Partido Verde, Luis Fernando iniciará un ciclo de conferencias en varias localidades de Bogotá para sensibilizar a las juntas de acción comunal, líderes sociales y ciudadanos en general en el reconocimiento y valoración del territorio y de los recursos naturales que los rodean, con el fin de generar conciencia ambiental.


Igualmente este líder seguirá adelantando proyectos de recuperación ambiental en Boyacá, buscará introducir el tema ambiental en el proyecto de Ley de Juventud y le apostará a hacer de su entorno universitario un semillero de formación ambiental.



Alexis García Ahumada

20 años / Mesa Ambiental y Red Ambiental Juvenil

La de Alexis puede ser la mejor historia del nacimiento de un líder en medio de la adversidad. En La Palma, una vereda de Medellín que lo vio dejar atrás su niñez, casi nadie lo reconoce como delegado del programa Oficial Presupuesto Participativo, sino más bien como el ‘pelao’ que se levantó 20 millones de pesos para la educación ambiental de su comunidad.



Huérfano de padre desde los seis años, creció combatiendo la pobreza. Su maestra Marta Tobón se acuerda de él como “un niño con una gran inteligencia lingüística, terriblemente tímido y con grandes problemas de aprendizaje”.


No obstante, hoy la situación es otra. Precisamente tratando de aprovechar su gran interés en el lenguaje, Marta se acuerda que vinculó al niño al programa de educación ambiental que ella estaba implementando en el Colegio. Entonces algo estalló.


Del trauma de aquella época de no poder escribir, Alexis pasó a ocupar el segundo puesto en puntaje de las pruebas ICFES en Antioquia, estudiar becado Comunicación en la Universidad de Medellín y ser representante por su departamento en la Cumbre de Cambio Climático de la Universidad del Rosario.


Además es Líder Comunitario de la Red PRAE, Miembro de la Mesa Ambiental de San Cristóbal (Medellín), Líder del grupo Red Ambiental Juvenil y hasta miembro de la Junta de Acción Comunal de su vereda. También “Inició el periódico escolar que circula en toda la vereda, y que tiene un gran énfasis en educación ambiental”.

Hoy, aunque Alexis sigue viviendo en una caseta de venta de gaseosa con su mamá y su hermana, se reconoce menos pobre. “No se imaginan como me engrandecen todos estos procesos comunitarios”, dice sonriente.







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