Este 12 de agosto celebra el día de la juventud en cualquier
parte del mundo. Únete a la celebración de millones de personas, ve más allá de sólo pertenecer a este grupo etáreo porque lo celebrarán aquellos que aún sin
ser jóvenes por rango de edad son jóvenes de juventudes acumuladas o porque en su pensamiento los motiva inquietamente a aportar activamente a la sociedad,
como hoy lo hacen algunos y ayer lo hicieron otros jóvenes. Hagamos un acto de
reflexión sobre el propósito que tenemos en este universo y qué hemos hecho o
queremos hacer por la humanidad.
Las Juventudes, una población que aparte de compartir la
edad biológica y ser el 26% de la población mundial aproximadamente, son la
potencia para el desarrollo sostenible de la humanidad, son quienes tienen la
responsabilidad de buscar y asegurar la vida en equilibrio con la naturaleza, así
como de preservar los recursos naturales en el Planeta Tierra para las nuevas generaciones.
Y como decía Rubén Darío “Juventud, Divino Tesoro…” porque
así lo es en la formación de la pirámide del trascurso de la vida o en aspectos
del desarrollo humano, tal vez una de las etapas más importantes de la vida.
Una hoja corta o grande en la historia del libro de la vida, en la que se
culmina y se allegan tesoros no acumulables como la educación y la salud. Durante
la misma se alcanza estrellas de éxito en algunos casos, porque sólo lo logran aquellos
que deciden ser emprendedores sociales o toman el riesgo de intentar
transformar el mundo para llenar espacios, desde experiencias ciudadanas, con la
buena práctica del deporte, la vida política, las artes, la tecnología, la academia, como
excelentes dirigentes o como grandes líderes, con ideas de creatividad o con el
desarrollo de proyectos innovadores, o deciden romper paradigmas y aplican la
premisa de que tomar el riesgo puede ser el inicio para alcanzar el éxito o para cambiar el mundo.
El compromiso cívico de la juventud gracias al status que
organismos, gobiernos e instituciones han facilitado también está cada vez más
reconocido. Según Naciones Unidas el compromiso cívico y la participación en la
vida cívica se puede manifestar de diferentes formas: la participación juvenil
en la toma de decisiones, el fortalecimiento del liderazgo, el voluntariado, el
empresariado social, el desarrollo de medios de comunicación o redes para jóvenes,
entre otros. Formas hay muchas de comprometerse a ser el joven ciudadano de hoy,
para permitir que otros o quizás nosotros mismos seamos garantes de un mejor
mañana.
Este año en Latinoamérica y gracias al compromiso cívico de
los mismos jóvenes en Colombia y Brasil estrenan Estatuto de Juventud, llevando
a un importante nivel el marco normativo para garantizar los derechos y la
participación como sujetos de su propio desarrollo.
Estamos ante la puerta de retomar los caminos que otros han encausado
en importantes procesos. Jóvenes del mundo gracias a las herramientas que ofrecen
las TICs y al interés de ser la Voz del Futuro participan en la definición de varias
agendas globales, por ejemplo, el proceso de red que se adelanta en torno a la
definición de las estrategias y operatividad de los compromisos adquiridos por
los Gobiernos luego de la misma agenda que incidieron los mismos jóvenes en la Conferencia
mundial de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible Rio+20. Hoy Jóvenes de
todo el mundo asumieron su papel, tomaron el riesgo, asumieron la responsabilidad
y se manifiestan con compromiso cívico en el mundo para incidir con voz en el
futuro que queremos, en múltiples escenarios y para varias causas organizadas.
La participación en la vida ciudadana es un derecho humano
fundamental. Los jóvenes tienen un papel crítico que desempeñar en el cambio
social, no sólo en el futuro como adultos, sino más inmediatamente como
ciudadanos activos hoy mediante el diseño, la realización o la contribución a
las acciones individuales o colectivas.
El papel de la sociedad juvenil civil o política se ha hecho
notar en los últimos años con grandes aportes y propuestas, asumiendo que más
que ser el futuro somos el presente de lo que queremos.